Australia se estrenará en el Grupo D frente al campeón vigente Francia, repitiendo el mismo debut. Lo hicieron en Rusia 2018, cuando Les Bleus se impusieron 2-1. Acto seguido, enfrentarán a Túnez y Dinamarca — otro rival de grupo en 2018.
Por John Pye
WASHINGTON (AP).- Australia se clasificó bailando al Mundial.
El arquero suplente Andrew Redmayne alcanzó una gran popularidad en Australia y acabó odiado en Perú por los “Wiggles”, el particular baile infantil de movimientos con los brazos y piernas para desconcentrar a los rivales durante la definición por penales del repechaje intercontinental. Redmayne se arrojó a la derecha para contener la última ejecución de Alex Valera, y los Socceroos se apoderaron de una de las últimas plazas para Qatar.
Con tanta atención enfocada en la rutina de Redmayne, un par de importantes factores de ese partido que acabó 0-0 quedaron en segundo plano: Australia se clasificó a su quinto Mundial consecutivo y lo lograron tras disputar el 80 por ciento de sus partidos de las eliminatorias fuera de casa.
Las restricciones por la pandemia de coronavirus impidieron a los australianos ser anfitriones de compromisos internacionales durante más de dos años. Fue así que 16 de sus 20 duelos de las eliminatorias se escenificaron en territorio ajeno, en una maratónica campaña que comenzó en septiembre de 2019 y culminó en Qatar en junio, primero imponiéndose 2-1 ante los Emiratos Árabes Unidos en el repechaje asiático y luego el choque frente a Perú.
Conocen bien el entorno de Qatar, donde se mantuvieron invictos al jugar ahí cuatro partidos de las eliminatorias para 2022, y en donde han ganado 10, empatado tres y perdido dos encuentros desde 2008.
VISITANTES A LA FUERZA
La selección está conformada por jugadores repartidos en ligas de cuatro continentes. Es un equipo acostumbrado a viajar largas distancias.
El haber disputado 13 partidos de las eliminatorias en Medio Oriente, principalmente en Kuwait, permitió reducir el tiempo de viaje para los jugadores que militan en clubes de Europa y Asia, dándoles más oportunidades de entrenar como grupo.
Acumularon 13 victorias, incluyendo una racha de 11, y cuatro empates en los 20 compromisos de las eliminatorias. Las dos derrotas ante Japón en la fase final y el revés 1-0 contra Arabia Saudí le costaron a Australia el boleto directo, teniendo que pagar el peaje del repechaje.
LA MANO DE HIDDINK
Cuatro años después de llevar a Corea del Sur a las semifinales del Mundial 2002 como local, Guus Hiddink condujo a Australia a la segunda ronda en Alemania.
Quedaron como escoltas de Brasil en el grupo, pero cayeron 1-0 ante el eventual campeón Italia tras un polémico final en los descuentos del duelo de octavos de final. La actuación de 2006 sigue siendo la mejor de Australia en los mundiales. En las últimas dos, se fueron a casa sin cosechar victorias.
Hiddink brindó asesoría al timonel Graham Arnold, su asistente durante el torneo de 2006, en los dos fogueos que disputaron en septiembre contra Nueva Zelanda.
“Me emocioné porque fue revivir lo que logramos", dijo Hiddink sobre la dramática clasificación.
EL EQUIPO
Hay preocupación por los pocos minutos que varias fichas veteranas están teniendo con sus clubes. Tal es el caso del capitán y arquero Mat Ryan con el Copenhague.
La tanda de amistosos ante Nueva Zelanda sirvieron para que Arnold diera rodaje a los experimentados en uno de los cotejos y a los más jóvenes en el otro.
Uno que ha empezado a sobresalir es Garang Kuol, con 18 años recién cumplidos y flamante fichaje del Newcastle de la Liga Premier inglesa.
Kuol debutó con la selección al ingresar como suplente en la victoria australiana 1-0 en Auckland. Lo hizo antes de disputar su primer partido profesional. Había jugado con el Central Coast Mariners, su club de la liga australiana, en una exhibición contra el Barcelona en mayo de este año.
El retirado futbolista australiano Robbie Slater comentó que Kuol, quien nació en Egipto de padres sudaneses y se mudó a Australia como niño, tiene la calidad para hacerse notar en el Mundial.
“Algo pasa cada vez que toca el balón", dijo Slater, quien ahora se desempeña como comentarista. “Es un chico que encandila. Todos lo pueden ver".